miércoles, 17 de junio de 2009

Perú: La sangre fluye en la amazona.




"Se ha despertado el ave de mi corazón,

extendió sus alas...

Se llevó mis Sueños,

para abrazar la Tierra".

Leonel Lienlaf.

*Poesía Mapuche. En Homenaje a los ejecutados políticos y Detenidos desaparecidos, Chile.
Hoy la comparto en Solidaridad con los Hermanos caídos en Bagua-Perú.




L
os veteranos combatientes indígenas no se dejaron intimidar por el terror del Estado y su resistencia ante los ataques de la policía resultó en bajas de ambos bandos.

A principios de junio el presidente peruano Alan García, aliado de Barack Obama presidente de EEUU, envió blindados de transporte, helicópteros con artillería y cientos de tropas de asalto para dispersar una manifestación pacífica y legal, una protesta organizada por los miembros de las comunidades indígenas de la Amazonía del Perú que rechazaban la entrada de multinacionales mineras en sus tierras tradicionales. Decenas de indígenas fueron asesinados o están desaparecidos, decenas han sido heridos y detenidos por la policía peruana, mantenidos como rehenes. El presidente García declaró la ley marcial en la región a fin de hacer cumplir su mandato unilateral e inconstitucional de concesión de derechos de explotación de la minería a empresas extranjeras, lo que viola la integridad de las tierras comunales de los indígenas amazónicos.

Alan García no es extraño a las matanzas patrocinadas por el gobierno. En junio de 1986, ordenó a los militares bombardear a los prisioneros hacinados en las cárceles de la capital con cientos de presos políticos que protestaban contra las condiciones de su encierro, resultando más de 400 las víctimas conocidas. Más tarde, la existencia de siniestras fosas comunes reveló decenas más. Esta notoria masacre tuvo lugar mientras García era el anfitrión de una reunión en Lima de la denominada Internacional "Socialista". Su partido político, el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), un miembro de la «Internacional», se vio ante la vergüenza de la exhibición pública de sus tendencias "nacional-socialistas", ante cientos de funcionarios socialdemócratas europeos.

Acusado en 1990 de apropiación indebida de fondos del gobierno y dejar su cargo con una tasa de inflación de casi 8.000%, aceptó apoyar al candidato presidencial Alberto Fujimori a cambio de una amnistía. Cuando Fujimori impuso una dictadura en 1992, García se auto-exilió en Colombia y más tarde en Francia. Regresó en 2001, cuando los cargos en su contra habían prescrito y Fujimori se vio obligado a renunciar en medio de acusaciones de crear escuadrones de la muerte y espionaje contra sus adversarios. García ganó las elecciones presidenciales de 2006 en una segunda vuelta contra el candidato indigenista y nacionalista ex oficial del Ejército Ollanta Humala, gracias al apoyo financiero y mediático de la derecha de Lima, los oligarcas descendientes de europeos, y las agencias de “ayuda” de EE.UU.

Ya en el poder, García no dejó dudas acerca de su programa político y económico. En octubre de 2007 anunció su estrategia de colocar a las multinacionales mineras en el centro de su programa económico de "desarrollo", mientras justificaba el brutal desplazamiento de los pequeños productores de las tierras comunales y pueblos indígenas en nombre de "modernización".

García presionó al Congreso para aceptar el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, promovido por EEUU. Perú fue uno de los tres únicos países de América Latina en apoyar esa propuesta de EE.UU., y se abrió al saqueo sin precedentes de recursos, mano de obra, tierra y mercados por las multinacionales. A finales de 2007, García empezó a conceder enormes extensiones de tierras tradicionales de los indígenas en la región del Amazonas para la explotación de la minería y la energía a multinacionales extranjeras. Esto fue una violación del acuerdo de la OIT de 1969 que obliga al gobierno peruano a consultar y negociar con los indígenas lo que tenga que ver con la explotación de sus tierras y ríos. Bajo su política de "puertas abiertas", el sector minero de la economía se expandió rápidamente y obtuvo enormes ganancias a partir del récord mundial de precios de productos básicos y el aumento de la demanda de materias primas por parte de Asia (China).

Las empresas multinacionales fueron atraídas por la baja de impuestos y un prácticamente libre acceso al agua con cánones baratos y la subvención del gobierno a las tarifas de electricidad. La suspensión de los reglamentos ambientales en estas regiones ecológicamente frágiles, aumenta la contaminación de los ríos, las aguas subterráneas, el aire y el suelo en los alrededores de las comunidades indígenas. El envenenamiento provocado por las operaciones mineras llevó a la muerte en masa de peces y hacen que el agua no sea apta para beber. El diezmado de bosques tropicales socava el sustento de decenas de miles de pobladores que participan en el trabajo artesanal tradicional de subsistencia, en la recolección forestal y las actividades agrícolas.

Los beneficios de la bonanza de la minería van principalmente a las empresas extranjeras. El régimen de García distribuye los ingresos del Estado a sus partidarios financieros y especuladores inmobiliarios, los importadores de artículos de lujo y la camarilla política en la Lima fuertemente custodiada de zonas residenciales y clubes exclusivos. Mientras los márgenes de beneficio de las multinacionales llegan a un increíble 50% y los ingresos del gobierno superan los mil millones de dólares, las comunidades indígenas carecen de caminos pavimentados, agua potable, servicios básicos de salud y escuelas. Peor aún, han experimentado un rápido deterioro de su vida cotidiana porque la afluencia de capital minero provocó un aumento de los precios de los alimentos básicos y medicinas. Incluso el Banco Mundial en su Informe Anual para 2008 y el Financial Times de Londres, instaron al régimen de García a hacer frente a la crisis y el descontento creciente entre las comunidades indígenas.

Delegaciones de las comunidades indígenas habían viajado a la ciudad de Lima para tratar de establecer un diálogo con el Presidente a fin de evitar la degradación de sus tierras y comunidades. Los delegados se encontraron con las puertas cerradas. García sostuvo que "el progreso y la modernidad proviene de las grandes inversiones realizadas por las multinacionales..., (y no de) los pobres campesinos que no tienen un centavo para invertir“. Interpretó los llamamientos al diálogo pacífico como un signo de debilidad de los habitantes indígenas de la Amazonia y aumentó las sus concesiones de explotación a las multinacionales extranjeras, incluso más adentro en el Amazonas. Cortó prácticamente toda posibilidad de diálogo y compromiso con las comunidades indígenas.


La respuesta de las comunidades indígenas amazónicas fue la formación de la Asociación Inter-étnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP). Se celebraron protestas públicas durante más de 7 semanas que culminaron en el bloqueo de dos carreteras transnacionales. Esto enfureció a García, quien se refirió a los manifestantes como "salvajes y bárbaros" y envió unidades policiales y militares para reprimir la acción de masas. Lo que García no tuvo en cuenta fue el hecho de que una proporción significativa de los hombres indígenas en esas aldeas se había desempeñado como conscriptos en el ejército que peleó en la guerra de 1995 contra Ecuador, mientras que otros habían sido entrenados en la defensa de la autonomía local por las organizaciones de la comunidad. Estos veteranos combatientes no se dejaron intimidar por el terror del Estado y su resistencia ante los primeros ataques de la policía resultó en bajas de ambos bandos, la policía y los indígenas (claro que estos últimos fueron los más damnificados, por la desigualdad de las fuerzas..) García declaró "la guerra a los salvajes" y envió una gran fuerza militar con helicópteros, blindados y tropas con órdenes de "tirar a matar". Los activistas de la AIDESEP cuentan más de un centenar de muertos entre los manifestantes indígenas y sus familias: los indios fueron asesinados en las calles, en sus hogares y lugares de trabajo. Se cree que los restos de muchas víctimas han sido arrojados en las quebradas y ríos.

Conclusión:

Como era previsible el régimen de Obama no emitió ni una sola palabra de preocupación o de protesta ante una de las peores masacres de civiles en esta década perpetrada por uno de sus más cercanos aliados en América Latina. García, tomando su libreto de una conversación con el Embajador de los EE.UU., acusó a Venezuela y Bolivia de haber instigado el "levantamiento indígena", citando como “prueba” una carta de apoyo que el presidente de Bolivia Evo Morales envió a una conferencia intercontinental de las comunidades indígenas celebrada en Lima en mayo. Se impuso la ley marcial y toda la región amazónica del Perú está siendo militarizada. Están prohibidas las reuniones y los miembros de las familias tienen prohibida hasta la búsqueda de sus parientes desaparecidos.

A lo largo de América Latina, las principales organizaciones indígenas han expresado su solidaridad con los movimientos indígenas del Perú. En ese país, los movimientos sociales, sindicatos y grupos de derechos humanos han organizado una huelga general para el 11 de junio. Temiendo la propagación de las protestas masivas, El Comercio, el diario conservador de Lima, aconsejó a García adoptar algunas medidas de conciliación para evitar un levantamiento urbano generalizado. Un día antes, el 10 de junio, se declaró una tregua, pero las organizaciones indígenas se negaron a poner fin al bloqueo de las carreteras a menos que el gobierno derogue su decreto de concesión ilegal de tierras.

En el ínterin, un extraño silencio se cierne sobre la Casa Blanca. Nuestro Presidente, el habitualmente bullanguero Obama, experto en recitados acerca de la diversidad y la tolerancia y alabar la paz y la justicia, no puede encontrar en su secuencia de frases preparadas, una sola para condenar la matanza de decenas de habitantes indígenas de la Amazonía peruana. Cuando se cometen graves violaciones a los derechos humanos en América Latina, EE.UU. respalda a un presidente- cliente que sigue las fórmulas de Washington de "libre comercio", desregulación de la protección del medio ambiente y hostilidad hacia los países anti-imperialistas (Venezuela, Bolivia y Ecuador). Obama antepone la complicidad a la condena.






Texto: James Petras -La Haine.
Publicado por: Bloque Socialista Revolucionario -Chile-
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3 comentarios:

Light_boca dijo...

No era de extrañar, que Obama tarde o temprano dejara ver su lado capitalista, esta claro que para Alan García y su gobierno neoliberalista, los pueblos originarios sobran, como también los miles de cesantes, que salen de su patria en busca de mejores horizontes.

No es extraño que en una próxima eventualidad el barrido sea con ataques bioquímico, es más fácil y levanta menos polvo.

La secreta coalición Obama – García no es mas que una estrategia económica, que permitirá a uno remontar la economía en su país y agrandar sus bolsillos y proteger el de sus camaradas y para el otro, negociar con los poderes capitalistas y conservadores de su país, para entrar en gracia, que a la larga se resume en un títere del capitalismo.

Unknown dijo...

En la mafia nunca se acusa a un miembro, en una empresa, nunca se denuncia a un socio, ¡El gobierno de Estados Unidos no va a condenar al gobierno de Perú! Por que persiguen los mismos intereses, quedarse con los recursos de la tierra Amazónica, aún más en esta época de crisis financiera y de falta de materiales energéticos y minerales.

Obama que habla de minorías, de “creer” saber lo que es la discriminación por la color de piel, no sabe del problema indígena en toda América, inclusive ese país al que representa. ¿Qué sabe de los pueblos nativos de Latinoamérica? ¿Qué sabe de los pobladores del amazona?

En lugar de hablar de la masacre cometida por Alan García tan solo presenta su nuevo y flamante programa financiero. Triste, miserable y patético como todo lo que viene de esas latitudes. Como siempre vale más un empresario, un banco, un blanco, que el resto de los seres humanos con todas las etnias, con todos los pueblos que componen la humanidad.

Hay que darnos cuenta que nada cambia, que las cosas siguen siendo igual que siempre, o peor, porque cada día los mecanismos para controlar las voluntades de los Pueblos son más sofisticadas, más mentales, más profundas que antes, pero no hay que bajar los brazos.

Obama y el mundo volvió a mostrar sus entrañas, el sistema capitalista volvió a ajustar las tuercas para mostrar su poder y permanencia. No debemos permitir bajo ninguna circunstancia que estos pueblas pierdan sus tierras, no debemos permitir que el AMAZONAS se venda.

Un abrazo grande amiga. Sigo triste por esto y con una bronca increíble. Copie el símbolo de luto que tienes aquí en mi espacio.

HologramaBlanco

Politicamente Incorrecta. dijo...

Pepe.
Gracias por venir a dar tu opinión y ha solidarizar con nuestros hermanos indígenas Peruanos.

Sin duda alguna, nadie que tenga el factor $, como filosofía de vida, va ha alzar la voz en favor de nuestros hermano.

Un abrazo.




Edgardo.

A mí, también me arde la sangre frente a estas injusticias.
Tienes tanta razón en todo lo que dices y piensas... Hermano, somos mucho más hermano de lo que podemos creer.

Gracias Amigo-hermano-compañero.
Gracias por venir y estar siempre.