“Heredamos una sociedad lacerada por las desigualdades sociales. Una sociedad dividida en clases antagónicas de explotadores y explotados. Una sociedad en que la violencia está incorporada a las instituciones mismas y que condena a los hombres a la codicia insaciable, a las más inhumanas formas de crueldad e indiferencia ante el sufrimiento ajeno”.
Chile, a menos de 2 meses para las elecciones finales… Ha 11 meses de cumplir 200 años de “independencia” como país, como nación libre. Tenemos mas de un para de situaciones que dictan mucho de un país que se dice “libre”, que se dice democrático…
Sabemos que esto, no es así. Nuestros recursos naturales, minerales y económicos, siguen estando en manos extranjeras, hoy más que nunca. Poco de Chile le pertenece a Chile; el cobre, sigue siendo extraído impunemente por capitalistas extranjeros, las telecomunicaciones, la energía eléctrica, las explotaciones forestales, las finanzas, el agua, la salud, la educación, la vivienda, la previsión, siguen siendo monopolios de las transnacionales. El sistema imperialista nos ha invadido hasta la médula.
Frente a este panorama, cabe preguntarnos:
¿Realmente hay alguna independencia que celebrar?
Hoy, ha casi 200 años de "independencia". Chile aun no ha zanjado su deuda histórica, tanto consigo mismo, como con sus pueblos originarios.
Si en 1810, Chile, obtuvo su independencia de la corona española. Esta independencia, no alcanzó para el Pueblo Mapuche.
Y es que los Chilenos “aristócratas” de la época (y aun…) nunca consideraron al Pueblo Mapuche una Nación independiente, ellos ni siquiera estaban incluidos en la categoría de “ciudadanos”. Eso, era para los criollos (los que tenían sangre española) Y es así, como se ha ido formando Chile, a través de su historia y su construcción, no se reconoce como un país mestizo… le cuesta mucho reconocer sus raíces. Es una sociedad absolutamente arribista, ignorante, inculta y necia.
Las directrices del imperialismo, nos dicen qué marca de pasta de dientes debemos usar… qué ropa está de “moda”… qué música deben seguir nuestros jóvenes… qué información nos entregan los noticiarios, etc.
Durante estos últimos 20 años, solo hemos tenido gobiernos disfrazados de “demócratas”, hemos sido traicionados una y otra vez. Nos han vendido ha pedacitos a nuestros enemigos.
Y soy una convencida de que la gente (al contrario de lo que muchos piensan) no es tonta… la gente se hace la “desentendida” por un asunto de “sobrevivencia”, pero no lo es.
Existe un movimiento “subterráneo” -y no tanto- de un fuerte apoyo al movimiento mapuche. Pero esto no es casualidad… tampoco es que de la noche a la mañana, la sociedad cambió y ya no es más arribista, ni clasista, pero si, de a poquito está despertando de la necedad aturdidora, y esto, paralelamente, hace que se esfuerce por vencer la ignorancia.
Creo que más allá de estarse viendo así misma como un Pueblo mestizo (que sería lo ideal, y pienso que es allá donde debemos apuntar) lo que el Pueblo Chileno reconoce y ve con mucha simpatía y complicidad en el Pueblo Mapuche, es su coraje y valentía para defender lo que por derecho ancestral le pertenece.
La valentía, de, siendo un millón y medio aproximadamente, son capaces de levantar banderas y enfrentarse a un estado represor, ladrón y terrorista, como lo ha sido el estado chileno con ellos.
En ese valor, se ven dibujado los chilenos, los chilenos que luchan –a su manera- pero luchan por torcerle la mano a este sistema que nos tiene aplastado.
Es el coraje del “altivo Araucano” el que nos impulsa a luchar como él, por él, y junto a él.
Ellos, a pesar de todas las represiones, las muertes, las torturas… los niños heridos a balas por los perros carabineros de chile –mandados por el ministerio del interior- cuando allanan impunemente e ilegalmente las comunidades indígenas, a pesar de todo eso, el Pueblo Mapuche, cada día que pasa se paran más fuertes y con más Dignidad (con harto NEWEN –fuerza- como dicen ellos) Y en ellos, nosotros, los de este otro lado (chilenos y mestizos) encontramos nuestra fuerza, nuestra inspiración.
Y es que en un país como el nuestro, en donde el 90% tiene más de un ancestro indígena, es difícil no reconocerse mestizo, si aunque nuestros apellidos, no sean de origen indígena, nuestros rasgos sin lugar a duda lo son.
Los pómulos altos, ojos achinados, piel morena, cabellos oscuros, contextura y estatura media (más bien baja) nuestra porfía en creer que los Sueños existen, etc. Todo nos habla de Arauco, todo esto, nos viene a decir que podemos ser seres humanos dignos y Libres. Libres de toda opresión, tanto del cuerpo, como del espíritu.
Por eso, tanto Chile, como el resto de América latina, debe tener como único norte; buscar su identidad, reconocerse como un país y un continente mestizo, hermano, compañero de historias, de vidas y muertes heroicas por defender lo único que un ser humano no debe hipotecar jamás: Su amor, su vida, su Dignidad y su Libertad.
Cuando aprendamos a caminar Libres, UNIDOS, como lo hacen nuestros hermanos mapuches, entonces, solo entonces, veremos un nuevo amanecer…
El amanecer del Hombre Nuevo, para construir una sociedad mejor.
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